Mi carácter impulsivo, me hacía reventar en cólera a la menor provocación. La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día mi psicólogo, quien me vio dando excusas después de una explosión de ira, me entregó un papel liso.
Y entonces me dijo: Estrujalo, Asombrado, obedecí e hice una bola con él papel.
Luego me dijo:
Ahora dejalo como estaba antes. Por supuesto que no pude dejarlo como estaba.
Por más que traté, el papel quedó lleno de arrugas.
Entonces mi psicólogo dijo:
"El corazón de las personas es como ese papel.
La impresión que dejas en ese corazón que lastimaste, será tan difícil de borrar como esas arrugas en el papel.
Aunque intentemos enmendar el error, ya estará marcado".
Por impulso no nos controlamos y sin pensar arrojamos palabras llenas de odio y rencor, y luego, cuando pensamos en ello, nos arrepentimos.
Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado. Y lo mas triste es que dejamos "arrugas" en muchos corazones.
Desde hoy, se más compresivo y más paciente, pero en especial aprende a dejar el orgullo a un lado y haz como haría un valiente, pide perdón y reconoce tu error.
Cuando sientas ganas de estallar recuerda "el papel arrugado".
Mucho mejor así, Patri... Mesura, calma, reflexión y dignidad ;)
ResponderEliminarSi yo tengo mucho de todo eso, pero hay momentos muy malos y son incontrolables. Pocas veces en la vida he perdido los papeles, creo que los podría contar con los dedos de una mano y aún me sobrarían dedos..
ResponderEliminar