“¿Por qué hay que perdonar?
Si perdonas de verdad te liberas, te descargas del odio y te preparas para disfrutar el hoy, aquí y ahora de cada día de tu vida, ya que con el perdón transformas la amargura del pasado en recuerdos neutros o positivos y gratificantes.
Si perdonas, es verdad que dejas de hacerle daño al culpable, pero lo importante es que dejas de hacértelo a ti mismo.
Si perdonas, refuerzas tu sistema inmunológico y, sobre todo, beneficias a tu sistema cardiovascular. En consecuencia, te proporcionas a ti mismo una mayor salud física y psíquica.
Si perdonas, te comportas de manera inteligente, porque te pones en lugar del ofensor y ya no piensas en él como un ser despreciable y abyecto, sino en alguien tan humano, limitado y vulnerable como tú y como yo, que comete errores, que tiene problemas personales, miedos y frustraciones, que se le calienta la boca y dice lo que no debe, etc.
Si perdonas, te será fácil recordar algún hecho de tu pasado, como aquella ocasión en la que tú fuiste culpable de algo y el ofendido y perjudicado fue capaz de ponerse en tu lugar, disculparte y perdonarte. ¿Cómo te sentiste? ¿Admiraste la grandeza de ánimo de esa persona? ¿No te parece que tú mereces perdonar y beneficiarte de sus estupendos efectos?
Finalmente, si perdonas, no olvides que has podido hacerlo porque, a pesar de tus debilidades y miserias, formas parte de ese selecto grupo de almas grandes y generosas, llenas de luz, de comprensión y de bondad, incapaces de almacenar por mucho tiempo en su corazón sentimientos de odio, rabia o venganza.”
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He tenido que poner moderación de comentarios para evitar el ataque de spam que esta sufriendo el blog